lunes, 4 de mayo de 2009

Connotados protestantes que tenían una significativa ingerencia en la vida Social, Política y Económica de nuestro País

En los períodos siguientes de nuestra historia patria, continuó haciéndose notoria la presencia de connotados protestantes que tenían una significativa ingerencia en la vida social, política y económica de nuestro país. Entre estos últimos podemos mencionar:
c) Henry Hill (1795-1892), nacido en el Estado de New York, EE.UU., era puritano (Evangélico) de nueva Inglaterra quien se relaciona con el General José Miguel Carrera, durante su estancia en Baltimore. Llega a Valparaíso en 1817 como representante de varias agencias navieras y de armadores norteamericanos, proveyó de armas y pertrechos bélicos al ejército patriota, finalmente recibe el nombramiento de vice-cónsul en Santiago y Valparaíso en 1818.
d) Estanislao Lynch, socio en Valparaíso de Henry Hill, y abuelo de Patricio Lynch, oficial de la Marina de Chile, ligados fuertemente a la distribución de Biblias y Nuevos Testamentos en Chile, para la divulgación del Evangelio.
e) William Wheelwrigth (1798-1873) fue otro precursor de la obra protestante (Evangélica) en Chile. Nació en Newburyport, Massachussets, descendiente de puritanos llegados a Nueva Inglaterra en 1630, a la comunidad fundada por los Padres Puritanos. Se educó en la Academia Andover , Massachussets. Se inicia en la vida laboral como camarero y asciende hasta el cargo de Capitán del barco mercante Rising Star, el que naufragó en Buenos Aires en 1823. luego asume el cargo de cónsul de EE.UU. en Guayaquil durante 5 años. En 1829 se traslada a Valparaíso, lugar donde inicia las más variadas actividades comerciales, mercantiles y empresariales. Entre ellas se cuentan:
- La fundación de una línea comercial desde Valparaíso a Panamá (1839), línea que después se organizó como “The Pacific Steam and Navegation Company”.
- A objeto de operar con mayor eficiencia los barcos a vapor de su compañía, buscó y descubrió carbón en el sur del país, activando la industria minera. En el campo de las construcciones instala un rompeolas de acero, coloca boyas, mejoró puertos y construyó muelles.
- En 1850, construyó el primer ferrocarril en la costa del Pacífico, tanto en Sudamérica como en Norteamérica. El primer ferrocarril sudamericano fue el que hizo el recorrido entre Copiapó a Caldera, para exportar oro y plata desde las minas de Chañarcillo.
- Inició la construcción del ferrocarril de Santiago a Valparaíso por su propia cuenta.
- Construyó la línea principal en Argentina, desde Rosario hasta Córdoba con la intención de unir Argentina y Chile por un ferrocarril trasandino.
- Construyó el alumbrado de gas y sistema de agua potable de Valparaíso, y
- Unió Santiago y el puerto de Valparaíso por medio del primer telégrafo construido en Sudamérica.
Los protestantes, pidieron al gobierno de O’Higgins, el 30 de noviembre de 1919, la creación de un cementerio para sepultar a sus muertos, ya que, siendo los cementerios de la Iglesia Católica , impedía que los protestantes, judíos, agnósticos y no creyentes en general, fueran sepultados en ellos, debiendo hacerlo en terrenos baldíos, y, como ocurría en Santiago, eran sepultados en los faldeos del cerro Santa Lucía, que para aquella época era un basural, hecho que hasta el día de hoy es recordado mediante un monolito erigido por don Benjamín Vicuña Mackenna, y en cuyo epitafio decía “A la memoria de los espatriados del cielo i de la tierra que yacieron sepultados durante medio siglo 1820-1872” Setiembre de 1874. B.V.M. La carta solicitud para la adquisición de terrenos en Santiago y Valparaíso, con el propósito de erigir cementerios para sepultar a sus muertos de acuerdo a los ritos de su fe evangélica, fue firmada por los 45 extranjeros más destacados del país, la mayor parte de ellos dedicados a las actividades comerciales, en su mayoría eran británicos, aunque también aparecen las firmas de residentes norteamericanos y alemanes. Sin embargo, lo que más llama la atención es el hecho de que la lista de firmas esté encabezada por el Comandante de la Flota Británica en el Pacífico, W. H. Shirref, lo que demuestra el grado de solidaridad entre los protestantes, por sobre las diferencias nacionales. El 14 de diciembre de 1919 se promulgó el decreto que autorizaba a los evangélicos para comprar el terreno requerido para un cementerio, sin embargo, estos evangélicos tuvieron que esperar algunos años para dedicar su cementerio en Valparaíso, y recién en 1855, cuentan con un lugar para enterrar sus muertos en forma digna, en Santiago. Ambos cementerios se denominan “Cementerio de Disidentes”.
Al revisar las Constituciones promulgadas por O’Higgins en 1818 y 1822, nos damos cuenta que el exclusivismo religioso a favor de la Iglesia Católica seguía vigente, pero en la de 1822 fueron incluidos 2 artículos que permitían un cierto grado de tolerancia hacia los disidentes: el artículo 215º expresaba “A nadie se castigará por pensamiento, ni por manifestación de ellos, cuando no contengan calumnias, injurias o excitaciones a los crímenes”. Y el artículo 221º establecía que: “En ningún caso ni por circunstancias, sean cuales fuesen, se establecerán en Chile las Instituciones Inquisitoriales”, asegurando, de esta manera a los extranjeros residentes y que profesaban el protestantismo, que no iban a ser molestados por sus creencias.
Más tarde llegarán a Chile, evangélicos ingleses (anglicanos) y alemanes (luteranos), en calidad de colonizadores y comerciantes, especialmente. Hombres también de la talla de Lord Cochrane y otros destacados hombres de armas, especialmente ingleses. En el año 1845 de agrega también David Trumbull, quien dará inicio a la obra evangélica chilena, influyendo positivamente en nuestra naciente república. En lo político contribuyó a la obtención de las leyes laicas (registro civil, matrimonio civil y cementerios laicos). No podemos dejar de mencionar a James Thomson, predicador y profesor inglés, de origen bautista, contratado por el gobierno de O’Higgins, para establecer en Chile las Escuelas Lancasterianas. Otro hito importante también, lo marca el arribo del español Juan Canut De Bon, en virtud del cual apodan a los evangélicos chilenos como “canutos”, que adhiere, en un principio a la obra Presbiteriana, con un decidido trabajo de predicación pública en distintos lugares, al cual se agrega posteriormente (1879), el ex sacerdote católico (capuchino) de origen italiano Zacarías Angeli, convertido durante ese año a la fe evangélica.
Con la posterior llegada de la obra Metodista a Chile en el año 1877, y el nacimiento del movimiento evangélico Pentecostal en Valparaíso, año 1909, sumados a las iglesias existentes en el país, comienza una gran efervescencia religiosa y espiritual de gran impacto para la sociedad chilena que ve transformarse día a día a muchos hombres y mujeres que se convierten a Cristo, dejando sus hábitos de vidas pasadas en las cuales el alcoholismo, la promiscuidad, la falta de higiene serían lacras que comenzaban a batirse en retirada para los muchos convertidos a la fe evangélica, trayendo una influencia positiva a las fuentes laborales que ahora preferían a los recién convertidos a esta fe, por sus características de responsabilidad, honradez y trato decoroso ante los demás.
En sus inicios y en forma permanente, la fe evangélica sigue creciendo bajo distintas denominaciones que contribuyen a la evangelización del país, y que continúan permeando la sociedad con valores que fortalecen el hogar y la familia, la iglesia, y la democracia, sustentada en el principio evangélico de libertad absoluta de conciencia para todos los ciudadanos. De esta manera, esta creciente masa de evangélicos va creando las condiciones para que las autoridades les vayan reconociendo su indiscutible presencia en la nación, y su innegable aporte valórico a la sociedad chilena a través de una multitud de trabajadores, de hombres públicos, de estudiantes y de dueñas de casa que se esmeran en forma cotidiana por servir a su Señor, en sus respectivas congregaciones, como también en sus lugares de trabajo, o de estudios, según sea el caso.
En nuestra historia contemporánea no podemos dejar de mencionar la influencia del pueblo evangélico que, a través del pastor presbiteriano Horacio González Contesse propone y obtiene del gobierno de la época, que los restos del prócer Bernardo O’Higgins Riquelme, descansen en la Avenida capitalina que lleva su nombre, frente al Ministerio de Defensa Nacional, en una cripta apropiada para el efecto, el cual lleve el nombre de “El Altar de la Patria ”, en lugar del mausoleo que se construía por ese tiempo en el Templo Votivo de Maipú. El propósito de la propuesta se basaba en el hecho que O’Higgins es patrimonio de todos los chilenos, creyentes y no creyentes, en razón de lo cual debía estar en un lugar público que no afectara el pensamiento y la conciencia libre de nadie, sino que todos pudieran llegar a rendirle un homenaje sin compulsiones políticas, ni religiosas.
En una festividad en que se recuerdan los valores patrios, el pueblo evangélico se siente parte de nuestra querida patria, y abogamos porque nuestra nación siga creciendo en libertad de expresión de todos los sectores presentes en nuestra comunidad nacional, en una mayor igualdad, en un acercamiento más oportuno en cuanto a las grandes diferencias económicas que dividen a los trabajadores chilenos, en una disminución ostensible de las grandes diferencias de clases, que han separado de un tiempo a esta parte al estudiantado chileno creando condiciones para que existan colegios de élite, de 1ª, 2ª, y 3ª categoría, que no hacen justicia a lo que Chile fue hace unas cuantas décadas.
Anhelamos que en una fecha como esta, los poderes del Estado tomen conciencia de la gran responsabilidad que el pueblo les ha entregado, y puedan ejercer sus funciones con abnegación, buscando garantizar la igualdad de oportunidades a todos los ciudadanos, sin distinción de clases, de ideas políticas o religiosas, para que así, finalmente alcancemos el sitial que los países extranjeros nos adjudican.

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