lunes, 18 de enero de 2010


Es un tiempo distinto. Se elegió presidente de nuestra nación, en un ambiente enrarecido por polémicas en lo político y en lo evangélico. Especialmente en nuestro sector por las declaraciones de pastores que llamaban a votar por uno u otro candidato, lo que provocó malestar en muchos fieles evangélicos. Frente a la elección de don Miguel Juan Sebastián Piñera Echeñique como el presidente de Chile entre marzo de este año y del año 2014, solo queda hacer algunas reflexiones;
1. El voto evangélico jamás podrá ser considerado globalmente, pues cada uno de nosotros, votará siempre en conciencia. Hay agradecimiento por lo obrado en los 20 años de la Concertación hacia la Iglesia, pero también una mirada crítica frente a desaciertos que afectaron a muchas personas.
2. Nuestra participación como ciudadanos seguirá siendo la misma en cumplimiento a la misión de la Iglesia, esto es, predicar y actuar en favor de las personas siguiendo el ejemplo de Cristo
3. Esperamos que a la próxima administración política le vaya bién y si eso ocurre, a todos nos irá bién. Que quien nos gobierne pueda cumplir los compromisos y quienes son oposición a contar de ayer, velen por el bienestar del país antes que por sus intereses
4. Que seguiremos orando por quienes nos gobiernan pidiendo a Dios que les ilumine en la gestión en estos 4 años de gobierno y no se permitan leyes que dañen la Familia y los valores de la mayoría de los chilenos, escudados en un mal llamado progresismo

Es por esto que a quienes hoy no se sienten representados por el señor Piñera y quienes sí, hago este llamado a la unidad en lo relativo a la fe y a la comunión el uno con el otro. No asumamos una actitud de trinfalismo o de pesimismo por el resultado de las urnas. Comprometámonos a seguir orando y trabajando por un mejor país.